Por eso creo conveniente dejar claro que nadie debe decirte cómo y qué coleccionar. TU COLECCIÓN ES TUYA, y tú decides hacia donde quieres ir. Si vas por un camino porque alguien te lo ha dicho, quizás pierdas la ilusión por ella. Si quieres acumular monedas en un bote, y lo pasas bien así, adelante. Si quieres coleccionar monedas en un estado lamentable porque te gustan más, pues tú mismo. Lo que si que te tengo que decir es que luego no pienses que esa colección vas a poder venderla, si se diera el caso, por una cantidad enorme de dinero, pues seguramente no tendrá mucho valor. Aunque seguramente ese no sea tu objetivo si tu forma de coleccionar es esa.
Sin ánimo de considerar las "etapas" por las que suele pasar un coleccionista un manual o una guía por la que pasan todas las persona, y mucho menos considerarlo algo "científico", si que creo que mucha gente con la que comento el tema, curiosamente coincide en la mayor parte de las ocasiones. Por eso me atrevo a describirlas. Agradecería que comentarais si a vosotros también os ha pasado.
PRIMERA ETAPA: UN POCO DE TODO. Bien sea porque nuestros padres o abuelos nos han dejado unas monedas en un bote, o porque hemos reunido unos euros y nos damos cuenta que existen distintas piezas conmemorativas, o porque de pequeños hemos coleccionado prácticamente de todo y ahora ¨"toca" coleccionar algo de más valor... la cuestión es que nos pica la afición. Lo primero que hacemos es catalogar esas piezas. Si tengo piezas de la II República, pues nada, empiezo por ahí, sin problemas. No voy a tirar la moneda, claro. Así que le pido a mis amigos y familiares a ver si me pueden dar esas moneditas antiguas que tienen por casa si no las quieren.
Etapa I: De todo un poco |
SEGUNDA ETAPA: "EL RELLENADOR DE HUECOS". Conseguimos un catálogo, bien en papel o por internet y decidimos lo que queremos coleccionar, pues nos damos cuenta que es imposible coleccionar todo, el número de piezas emitidas es casi infinito. Euros conmemorativos, monedas de Juan Carlos I, de Franco... Mejor será dedicarme primero a varias épocas y luego ya iremos ampliando. Imaginemos que decido empezar por Franco, pues tengo bastantes de ese periodo. Y vaya, vemos que de Franco tenemos varias pesetas del año 1953, alguna más de 1963 y muchas de 1966. En el catálogo dice que de cada año tiene distintas estrellas. Y de 1953 tenemos dos y nos faltan unas cuantas. Nos compramos un álbum y nuestro primer propósito es rellenar los huecos. Ha nacido el rellenador de huecos.
Etapa II: Rellenando huecos |
TERCERA ETAPA: EL DE LAS MONEDAS BRILLANTES. Seguimos rellenando huecos pero ya hay series que hemos conseguido todas. No es difícil conseguir todas las monedas de Franco de 1953, son bastante comunes. Pero en nuestro afán de rellenar los huecos, hemos comprado, o cambiado, monedas muy ennegrecidas, muy desgastadas. Ahora queremos sustituir esas monedas por otras brillantes, cuanto más mejor. Quizás hayamos escuchado eso de la "patina", pero queremos que brillen, como si hubieran recién salido de fábrica. Preferimos una moneda que brille, aunque esté algo desgastada a otra que se vean perfectamente todos los detalles, pero que tenga una capa más bien negra.
Fase III: Monedas brillantes |
CUARTA ETAPA: MENOS ES MÁS. Nos damos cuenta que hemos acumulado una cantidad impresionante de monedas, pero ese catálogo en el que ponía varios precios no es del todo real. Normalmente las monedas que están en peor conservación no suelen valer realmente nada. Sobre todo de periodos no muy lejanos, como Franco o Juan Carlos I la fabricación de piezas ha sido tan elevada y son tan comunes que todo el mundo tiene. Solo tienen cierto valor aquellas que están sin circular o aquellas que han fabricado muy pocas o tiene alguna variante o error muy poco común y llamativo. Me doy cuenta que he acumulado chatarra, que podría vender al peso. Quizás se salven 3 ó 4 piezas, menos comunes o en mejor estado, o quizás porque sean de plata. Algunas de las piezas "brillantes" que compré no es que fueran sin circular, sino que han sido limpiadas de forma artificial. Sin embargo otras que parecían estar peor, con ayuda de una lupa me he dado cuenta que no están desgastadas, se ven todos los detalles, no tienen oxidaciones y ese color más oscuro es una bonita patina, apreciada por los que entienden.
QUINTA ETAPA: REFLEXIÓN DE HACIA DONDE VOY. Tras unos años de acumulación de chatarra, ahora sé, porque leo en catálogos más especializados o porque busco información en internet, porqué unas monedas valen más o menos, como se produjo determinada variante, el material de que están compuestas, porqué una moneda se retiró tempranamente de la circulación. Estoy disfrutando no de la posesión en sí de la pieza, sino de la historia que lleva detrás. Soy consciente de que es preferible tener una pieza sin circular o en un excelente estado de conservación que 20 en peores estados. Además, en caso de tener que vender la colección o de dejarla a nuestros hijos, es más manejable 50 monedas excelentes que 3000 malas.
No creo que haya que pasar necesariamente por todas las etapas ni que sea ni bueno ni malo. Simplemente he querido reflejar un hecho que se ha repetido en personas distintas. Yo personalmente he disfrutado de cada una de las etapas. Tampoco creo que sean compartimentos estanco, donde estás en una etapa o en otra. A mí aún me queda algo de cada una de ellas: Tengo clara mi colección, pero no descarto otro tipo de monedas (sobre todo si me las dan :), como las de otros países cuando algún amigo viaja, pero soy consciente que no es mi colección. Ni dejo de rellenar huecos en caso de que encuentre alguna pieza atractiva a buen precio (eso si, en un estado aceptable).
Lo importante es disfrutar de tu colección sin que nadie decida por ti, así que, adelante, pero quiero que valores lo que he comentado para que mi experiencia y mis errores puedan servirte.
Disfrute mucho la lectura, me permito tomarlo de base para una futura sistematización del evento.
ResponderEliminarGracias Jhonnel. Un saludo.
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