No se aconseja realizar estas pruebas con monedas valiosas, pues la limpieza de monedas puede conllevar la pérdida del valor numismático de las mismas.
Os recuerdo que ya tenemos una primera entrada al respecto.
MONEDA ORIGINAL
Moneda original |
Se trata de una moneda de 25 céntimos de la república española de 1934. Es una pieza bastante común y de poco valor numismático. Esta pieza en concreto está bastante sucia y, seguramente con oxidaciones.
PRIMERA PRUEBA: LIMPIEZA CON AGUA Y JABÓN
Limpieza con agua destilada y jabón neutro |
La primera limpieza la realizamos con agua DESTILADA y JABÓN NEUTRO. No utilizamos agua del grifo, pues contiene minerales que pueden rayar la pieza, y jabón neutro por el PH.
Como vemos, la diferencia no es apreciable. Esta limpieza estaría destinada sobre todo a las piezas con algo de tierra o suciedad muy leve, incluso para eliminar marcas dactilares.
Según mi criterio esta limpieza, al ser mecánica y no abrasiva, podría realizarse en cualquier tipo de moneda. Procurar secar luego la pieza sin frotar, con un algodón o papel de cocina.
SEGUNDA PRUEBA: LIMPIEZA CON GOMA DE BORRAR DE NATA
Limpieza con goma de borrar de nata |
Se trata de frotar la moneda con una goma de borrar de nata. El propósito es pasar la suciedad de la moneda a la goma.
En este caso la diferencia es apreciable. Las partes en relieve suelen quedar más brillantes.
Esta limpieza también es mecánica. En piezas relativamente nuevas suele tener un resultado espectacular. Es conveniente meter la pieza en agua destilada una vez acabado el procedimiento para eliminar completamente la goma.
Según mi criterio es una limpieza aceptable y al ser mecánica el único problema sería arrastrar un trozo de suciedad de forma que rayara la moneda, pero por mi experiencia os diré que no suele pasar.
TERCERA PRUEBA: LIMPIEZA CON LIMPIADOR ANTICAL
Limpieza con producto antical |
Metemos la moneda en un recipiente con un limpiador antical y dejamos actuar unos minutos.
La diferencia es más que apreciable. Vemos que gran parte de la suciedad se ha eliminado. Puede quedar algún resto que podría eliminarse repitiéndose el proceso.
Si la moneda presenta oxidaciones, estas no se van, aparecen con un color rojizo. El metal cambia de color, apareciendo un color blanquecino.
Según mi criterio esta limpieza no es aconsejable, pues estamos actuando con elementos químicos de forma que además de la suciedad eliminamos parte de la primera capa de metal de la moneda, de forma que para mí, ya no es coleccionable. Está bien si queremos utilizar esa moneda como objeto decorativo o con otros fines similares, pero para mí ya no tiene valor numismático.
Creo que en caso de deshacernos de esa pieza, vendiéndola o regalándola, éticamente deberíamos avisar que ha sido limpiada de forma agresiva.
CUARTA PRUEBA: LIMPIEZA CON LIMPIAMETALES
Limpieza con limpiametales |
Metemos la moneda en un recipiente con un limpiametales y alcohol y dejamos actuar unos minutos.
Algunas de las oxidaciones desaparecen (quizás porque son cubiertas por parte del propio metal de la moneda).
El color blanquecino que aparecía en el proceso anterior se atenúa.
Evidentemente esta limpieza tampoco es aconsejable si queremos conservar el valor numismático de la moneda, pues estamos actuando de forma agresiva.
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